Recojan los pedazos que sobran, para que nada se pierda (Jn 6,12)

Autores/as

  • Hna. Patricia Osorno Autor

Resumen

El título de la presente reflexión está tomado de la escena de la multiplicación de los panes y los peces. El evangelista Juan es el único que nos tramite este mandato de Jesús a sus discípulos después de que toda la multitud quedara saciada.
Ciertamente nos encontramos en el contexto de la celebración eucarística, así lo sugiere el verbo eucharistéō, dar gracias: “Entonces
Jesús tomó los panes, y habiendo dado gracias, los repartió a los que estaban recostados; y lo mismo hizo con los pescados, dándoles
todo lo que querían” (Jn 6,11). Los pedazos sobrantes son signo de la riqueza de los dones de Jesús, que sobreabundan; son signo de que allí dónde todos los hombres y mujeres comparten en solidaridad, la escasez desaparece. Como dicen bellamente Mateos y Barreto (1979), “lo que estaba destinado a perderse, deberá ser principio de otras abundancias. Hay que multiplicar incesantemente el amor y el pan. La comunidad continuará la obra de Jesús” (p.318). 

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Biografía del autor/a

Hna. Patricia Osorno, Autor

Religiosa Carmelita de la Caridad Vedruna. Profesora de Sagrada Escritura. Candidata al doctorado en teología, Pontificia Universidad Javeriana (PUJ); Magister en Teología Bíblica de la Pontificia Universidad Gregoriana; Especialista en Biblia de la Uniclaretiana; Licenciada y Bachiller eclesiástico en Teología de la PUJ.

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Publicado

2024-07-09

Cómo citar

Osorno, P. (2024). Recojan los pedazos que sobran, para que nada se pierda (Jn 6,12). Camino, 1(11), 65–71. Recuperado a partir de http://librosypublicaciones.uniclaretiana.edu.co/ojs/index.php/Camino/article/view/848

Número

Sección

Artículos